Enzo Biagi

Estoy triste. Acabo de saber que ha fallecido poco después de las ocho de esta mañana el periodista italiano Enzo Biagi. A los 87 años de edad, el maestro padecía problemas cardiacos y renales, y llevaba diez días en una clínica de Milán. Para mí, hijo de padre italiano, este hombre ha sido un gran modelo de periodismo: siempre libre, con valor, ha contado el siglo como nadie supo hacerlo, denunciando las injusticias de la historia sin temores a represalias. Ingresó en la radiotelevisión pública RAI en los años 50, con crónicas y programas de profundización periodística. Investigó sobre todo: asuntos exteriores, la mafia y la corrupción de políticos. El 31 de mayo de 2002, tras más de 800 ediciones desde que lo inició en 1995, su exitoso programa diario de cinco minutos «Il Fatto» (el hecho) queda cerrado por la cadena, que despide al periodista con una insultante carta recomendada. Al entonces primer ministro Silvio Berlusconi no le había gustado la entrevista de Biagi al cómico, actor y director de cine Roberto Benigni, que le había criticado en directo y en horario de máxima audiencia.

Testigo crítico de nuestros tiempos, Enzo Biagi pasó por la prensa escrita, publicó más de 80 libros y marcó el siglo en la televisión pública italiana. De familia modesta, empezó su carrera con apenas 18 años, cuando aún no había acabado sus estudios. Durante la Segunda guerra mundial, se adhiere a los resistentes italianos antifascistas, los partigiani. El 21 de abril del 1945, entra en Bolonia con las tropas aleadas y anuncia el final de la guerra a través de los micrófonos.

En el año 1990, fue operado del corazón en Londres. Tras salir del quirófano, el gran periodista nacido en la provincia de Bolonia comentó que a partir de ese momento ya estaba «jugando los tiempos suplementarios». Nunca le faltó el sentido del humor.

Leo en los medios italianos que en los últimos días, Biagi estaba ya muy cansado y le costaba hablar. Para una mente tan potente y basada sobre el relato de los hechos, no lograr comunicarse tuvo que ser lo peor. Pero ha muerto sereno. Usando una de las últimas imágenes que logró dar de él mismo, como una hoja de otoño, se desenganchó del árbol de la vida, barrido por el fuerte viento de una inexorable enfermedad. Me despediré en italiano de este hombre al que lamento no haber podido conocer personalmente: «Addio Enzo. Che il vento, pur violento, ti porti laddove riposano i più grandi della storia».

Os invito a quedaros con una frase que Biagi pronunció en directo al regresar a la RAI, el 22 de abril de este año: «Hoy, la verdad no se puede esconder. Somos demasiados en contar lo que ocurre».